La imagen de marca es la carta de presentación de tu empresa. Es la ropa, la colonia y la sonrisa que va a lucir para el gran público. Y por ello es necesario mimarla. Sin embargo, a veces los negocios avanzan rápido y cambian el sentido original que pueden tener. Y es entonces cuando toda esa imagen corporativa se queda desfasada. ¿Qué puedes hacer en esos casos? Crearla de nuevo. Es un proceso conocido como restyling y queremos explicarte todo sobre él.
Cuando tu antigua imagen corporativa ya no funciona
A veces, el estilo que has empleado en tus redes sociales, en tu página web y en otros elementos está absolutamente desfasado. Y hay una serie de señales que te pueden indicar que tus creatividades, tus logos y tus imágenes están desfasadas:
– Bajada importante en el tráfico, ya sea de tu web o de tus redes. No tienen por qué verse directamente afectadas las ventas. Pero si entra menos gente en tu página o en tus redes, quiere decir que no todos las ven atractivas. Esto, evidentemente, indica que la imagen con la que trabajas (con independencia de las bondades de tu producto) no es la adecuada.
– Escuchar las opiniones. De vez en cuando hay que leer lo que la gente opina en Internet sobre uno. Aunque no sea un dato verdaderamente representativo, siempre puede indicar algunos síntomas que puedes ir corrigiendo.
– Tu negocio ha cambiado. Los últimos años han sido muy influyentes para los negocios. La renovación digital de las empresas, la aparición del comercio online y demás son algunos de los factores que más han marcado la competitividad. Tal vez tu marca se haya adaptado a la nueva corriente, pero no a la nueva imagen. Es momento de cambiar.
– Competidores. Finalmente, no hay nada como observar tu competencia para que veas con qué elementos están jugando. Colores, logos, creatividades y demás. Observa qué cosas te faltan y juzga con sinceridad si mantienes un aspecto tan moderno como el suyo. La imagen, como te decíamos, va a ser la carta de presentación de tu empresa.
– Cambio de valores. Tal vez lo que no haya cambiado sea el tipo de negocio y sus productos, sino el sentido de los mismos y la dirección que ha tomado el proceso de venta. Un ejemplo puede estar en la alimentación. Actualmente, lo ecológico, lo natural y lo cercano son valores con mucho peso en el sector. Si tu marca se ha adaptado a ellos también es momento de que lo demuestre en su propia imagen.
Por dónde empezar a cambiar tu imagen corporativa
Hasta ahora solo hemos apurado los síntomas, pero no el proceso. Habría dos opciones.
Restyling
Es cambiar el estilo de algo. Por ejemplo, enfocar la comunicación a un público más joven, buscar nuevos elementos visuales para expresar el mensaje de la marca y demás. Se trata, en definitiva, de pequeños cambios en el modo de hacer las cosas. Puede que esos cambios se den en muchos ámbitos, pero no habría una reconstrucción profunda de la marca.
Cambiar el branding
A veces lo que se exige es cambiar absolutamente el branding, es decir, no solo la imagen sino también la identidad de la marca. Se trata de un proceso de renovación que afecta directamente al ADN de tu empresa. Por lo tanto, son cambios profundos, no solo de imagen sino también de valores, funcionamiento y estilo.
En conclusión, el restyling es un proceso cíclico que te conviene mover cada poco tiempo para adaptarte a las nuevas necesidades. El rebranding, por otro lado, implica un cambio más profundo en tu empresa. En cualquier caso, se trata de dos procesos que tarde o temprano has de considerar.